Noviembre 30, San Andrés



La vida es búsqueda, una búsqueda constante. Nacemos con el instinto de buscar para satisfacer nuestras hambres, y  a medida que crecemos, crecen con nosotros los deseos y el instinto de buscar satisfacerlos. 
Buscamos, encontramos, pero lo que encontramos parece caer en un pozo sin fondo que nunca nos satisface plenamente, por lo que volvemos de nuevo a buscar nuevas satisfacciones. Buscamos satisfacción en las cosas, y a veces se nos olvida que la vida, principalmente, ha de ser  búsqueda de sentido. 


La fe de san Andrés no es una ilusión, una vía de escape de la realidad, un sin sentido. El cree  y busca en su fe el sentido de la vida. Ha escuchado y sigue a Juan el bautista, es uno de sus discípulos. Ha creído en su mensaje, un mensaje que empieza a concretarse y
dar forma a su fe: 
"Convertíos porque ha llegado el Reino de los Cielos" 

Andrés no se conforma con una fe heredada y generalizada; hace de ella algo personal.  . Él busca a Dios en su vida. Entiende que la fe de su pueblo ha de vivir y sostenerse en la fe personal de cada uno. Andrés no busca las cosas de Dios, busca a Dios, sabe que Él es quien da sentido a todas las cosas. Andrés cree, no es solo un oidor, además de oír a Juan, le escucha, y como lo que escucha tiene sentido, reacciona. Ha visto el dedo del profeta señalando a Jesús y diciendo: "Éste es el Cordero de Dios"  Así que junto a su compañero Juan, dejan al bautista y siguen a Jesús. No se quedan mirando el dedo que les indica, sino que miran al Indicado.

Ellos serán de los primeros en mirar a Jesús  y comprobar que en Él todo cobra y tiene sentido. Ha valido la pena su búsqueda, el tiempo invertido junto a Juan: Han encontrado al que buscaban y deseaban, su búsqueda  acabó, y a la vez su verdadera búsqueda acababa de empezar, la búsqueda del sentido pleno. 

Jesús conoce bien a las personas, sabe que no son pocos los que se conforman con una fe sin sentido, mediocre, que busca solo satisfacciones humanas, religiosas. Jesús no es partidario de perder ni hacer perder el tiempo a nadie, porque sabe que perder el tiempo es perder la vida.  Por eso les preguntará: ¿Qué buscáis?  Una buena pregunta para los hombres y mujeres de todos los tiempos.

No sé qué puede estar buscando cada uno, pero sí lo que puedo estar buscando yo, y lo que Andrés y Juan buscaron: conocer a Jesús, andar y estar con Él, aprender de Él, creer con sentido. Ellos saben dónde está el Templo, conocen el camino, pero su necesidad es conocer el camino que lleva al Dios del Templo, el camino a la casa donde Jesús vive.
Fueron con Jesús y vieron dónde vivía, y
allí descubrieron una casa de puertas abiertas, acogedora, hospitalaria, seguramente sobria, pero ornamentada de amor y santidad. Abierta para todos los que de verdad buscan a Dios, sin pretender buscar ni ver nada más sino a Jesús. 
¿Qué buscamos, qué vemos en la casa de Jesús? 

Andrés y Juan han tenido un encuentro con un acontecimiento, con una Persona, Jesús. Un encuentro que les ha dado  un nuevo horizonte a sus vidas, y con ello una orientación decisiva. Ahora saben dónde vive Jesús, y cada día  renovarán ese encuentro con Él, durante el resto de sus vidas. No vivirán eso para ellos solos, serán conductores, puentes,
indicadores del camino para que otros puedan encontrarse con Dios. Andrés empezará por los de su casa, por su hermano Simón: "Hemos encontrado al Salvador, ven y verás". También llevará al encuentro con Cristo a unos griegos que querían ver a Jesús.  Se preocupara con su Maestro de que la gente que le sigue tenga qué comer, confiará en Jesús, pondrá ante Él los pocos recursos. Él fue quién le dijo: "Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes y dos peces", a lo que Jesús responderá con  el milagro de la multiplicación, con la que alimentará a la multitud. 
La vida de san Andrés es una vida llena de sentido y satisfacción en Cristo. Así son las vidas de los que conocen a Jesús y buscan en Él. No se habla de él como se habla de san Pedro o san Pablo, u otros titanes de la fe, pero qué necesarios, qué importantes son para Dios los Andrés, todos aquellos que sin grandes apariencias viven en busca del verdadero sentido, para ellos y los demás, porque sin los demás nada tiene sentido.                                                                                                      Joan Palero



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Domingo, 3 de noviembre de 2019    31º del Tiempo Ordinario - Ciclo C Más que un método de lectura de la Biblia, ... Es Encuentro con...