Domingo, 19 de mayo de 2019 5º De Pascua - Ciclo C

   

     Hechos de los Apóstoles 14, 21b-27
   "En aquellos días, Pablo y Bernabé volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía ..."

      En aquellos días, tal vez es que la Iglesia era un poco más lo que tenía que ser. Compuesta por gente persuadida y convencida por la resurrección de Cristo, eran decididos e inducidos por el Espíritu del Resucitado a inducir, a incitar a otros a usar la misma fuerza y recorrer el mismo Camino transformador que ellos experimentaban y recorrían. Una Iglesia viva y vivificada a cada instante, bajo la acción y dirección del Espíritu de vida. Eso les hacía ser comunidad en salida, capaz de atraer a las personas a Cristo, y transformar todo a su paso. Un rebaño sufriente, perseguido e incomprendido, como su Pastor, pero gozoso en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias, y que reconociendo su débil condición sabía encontrar nuevas fuerzas en su Señor. (2 Cor 12, 10)
Una Iglesia cercana que, conocedora de sí misma, sabía salir una y otra vez al encuentro de los demás en sus necesidades, que no dejaban de ser las mismas necesidades que éllos y todos tenemos: La necesidad de SER ANIMADOS PARA PODER SEGUIR PERSEVERANDO EN LA FE.
Una Iglesia que adora, que ha sido salvada para salvar, animada para animar, amada para amar y que sale de sí misma para servir, a los de cerca y a los de lejos. 
Una Iglesia que atrae por su estilo de vida, por su andar, no por por lo que dice, ni por tradiciones, y que no crece por proselitismos. Ansiosa y ansiada por el Espíritu de Dios, deseosa de que el Señor reine en ella y en todos, y de que todos entiendan de una vez que el Reino es de Dios, y no nuestro:
"No somos príncipes, somos gente sencilla"
Papa Francisco

 Gente sencilla y trabajadora,

 que sirve a los hombres para que vengan

 al conocimiento de Dios y su verdad: 

...el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R/.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.

Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.
Sal 144,8-9.10-11.12-13ab



Una Iglesia que cada día es renovada, y renovadora, a la escucha del que está sentado en el trono, y que dice: 

«Todo lo hago nuevo.» (Ap 21, 1-5a)



En aquellos días, la naciente Iglesia estaba abierta a la novedad de Dios, y que en novedad de vida andaba el Camino nuevo que es Cristo. Tú y yo, nosotros, escribimos la historia de la Iglesia en estos días.
 Joan Palero




Si Yahveh no construye la casa, en vano se afanan los constructores;
si Yahveh no guarda la ciudad, en vano vigila la guardia.
Salmo 127







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